El mito romántico nos dice que los amores deben tener una cuota de drama o tormento para que estemos seguras que serán “a prueba de todo” Pero ¿de verdad quieres eso?
Cuando mi vida rondaba los 14 años y justo empezaba a descubrir el amor, mis amigas incluidas, algo que solías escuchar cuando nos reuníamos a platicar de nuestros novios y nuestras relaciones era: – Las peleas son la sal y pimienta de la relación, que hueva si siempre están bien…- frase que desde ese momento me dejo pensando…
La Real Academia de la Lengua Española define a la palabra “sana” como algo que goza de perfecta salud, que es bueno para la salud o que esta libre de error o vicio, y en lo que llevo de vida nunca he escuchado a alguien decir: – ¡Wow! Tengo una infección estomacal y no paro de ir al baño… ¡que divertido! – bueno creo que me fui muy literal con la palabra. La salud o la sanidad es el adjetivo que en un nivel físico del cuerpo es medible, pues checando la temperatura corporal, lo niveles de azúcar en sangre o el colesterol podemos saber si estamos sanos o no, esa salud es medible; pero que pasa cuando vamos a hablar de la salud de una relación, cómo medimos esa salud y sobretodo como llegamos a afirmar que nuestras relaciones son sanas ( y aquí no solamente hablo de la relación amorosa, sino que aplica para todas las relaciones de tu vida).
Investigando para escribir esta nota, me topé con diferentes escritos donde muchas personas pedían ayuda pues estaban en una relación estable y segura y querían terminarla porqué no se sentían vivas ni vivos, en sus notas describían como el pelear y el tener desacuerdos constantes les llevaba a tener deseo sexual, a sentir satisfacción, a sentirse bien… en conclusión les hacía sentirse vivas o vivos. Lo que me llevó a investigar acerca de porqué pasaba esto y mi respuesta fueron las hormonas.
Nuestros cuerpos están diseñados para responder a estímulos externos (e internos también) pero estos estímulos son generados por unas sustancias químicas llamadas hormonas o neurotransmisores, estas sustancias despiertan los instintos naturales no solo de los humano sino de todos los seres vivos, ellas nos ayudan a reproducirnos, a generar los mecanismo para cuidar hijos, para seleccionar pareja y para huir de peligros; también estos neurotransmisores nos hacen sentir felicidad y el exceso de producción de algunos de ellos nos causan adicción, así que bueno haré mi reconstrucción de hechos y veremos quién esta realmente debajo de esa “sal y pimienta” de la relación…
Cuando nos atrae alguien, la Feniletilamina, se encarga de enamorarnos, ella misma hace que se segregue la tan famosa Dompamina, hormona encargada de darnos felicidad por esa razón esa persona se vuelve adictiva; mientras la relación comienza y vas descubriendo a esa persona la Oxitocina y Serotonina van entrando en acción causando apego y felicidad, pero ¿qué pasa cuando estas “drogas” ya no son suficientes?, cuando este estarnos tocando todo el tiempo, el abrazarnos y mandarnos mensajes cursis las 24 horas ya no generan ese mismo efecto es cuando empiezan los primeros desacuerdos, las peleas y empezamos a “sazonar” la relación, en ese momento empieza a intervenir la Adrenalina y la Norepinefrina que son hormonas que nos ayudan a estar alertas, a huir si es necesario, son esos químicos que nos mantienen al filo del momento por si es necesario reaccionar, es ese neurotransmisor que nos recuerda que estamos vivos, así que una pelea o una discusión activa esta respuesta, que cuando ya estamos a salvo, el peligro pasó; llegan las Endorfinas a calmar, a liberar el estrés y a reducir el dolor ocasionado, por lo que si juntamos estas emociones es muy fácil volverse adicto y querer sentirse vivo de esa manera todo el tiempo…
Si esto pasa en nuestro cuerpo todo el tiempo y es una realidad que la segregación de estas sustancias no podemos controlarlas, pero lo que sí podemos controlar es la forma en que queremos segregarlas, como podemos repetir esa emoción de la adrenalina de una forma más divertida… es importante que primero te des cuenta de las cosas que a TI te generan emoción, ¿qué te gusta hacer? ¿qué disfrutas? ¿cómo liberas las emociones que causan estos químicos?, eso nos llevará a compartir, a abrirnos a amar a la persona que somos y a respetarnos. El único momento donde las peleas son divertidas es cuando prendes el Play Station y juegas Street Figther.
El aburrimiento es algo que nos invita a probar nuevas cosas y a hacer algo diferente, el aburrimiento nos invita a ser creativos y a explorar; así que no lo subestimes y cuando te llegue el aburrimiento empieza por ti y por lo tú que disfrutas hacer.
Fuentes:
Liévano-Parra, D.; 2013; Neurobiología de la Agresión: Aportes para la Psicología; Revista Vanguardia Psicológica; Volumen 4, Número 1, marzo-septiembre 2013; pp 69-85
Hernández Hernández, A; Islas Terrazas, N; Medina Pérez, M; Melo Teodoro, I; Gómez Flores, K; Hernández López, C; 2019; Química del amor; Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo
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